" A pesar de haberlo estudiado, descubrí a Valente con la lectura de la obra de 99 poemas y doy fé que tras su primer repaso, quedé cautivado en todos los sentidos. Como él diría, sus poemas son “El lugar de la fulgurante aparición de la palabra”, tanto ha sido así que hay que reconocerle el mérito de que es el mejor poeta que ha parido la literatura española y casi de ámbito internacional (excluyendo a Poe, Whithman, Boudelaire…) y para más inri, un paisano de mi tierra gallega. Un poeta que en sus textos deja un juego de palabras que hace saltar las lágrimas y mete cortes metafóricos de forma inusual, un poeta de los grandes, ese es José Ángel Valente que se autodefinía unos años antes de su muerte por televisión, tras una visita a Madrid, como un Diós de la poesía y realmente lo sigue siendo, a pesar de que ya no esté entre nosotros desde su muerte el 18 de Julio del 2000; ¡Valente, todo un Grande!. "
Este orensano nace en 1929 en el seno de una España en plena dictadura de Primo de Rivera donde la crisis hace mella en la Galicia húmeda, la tierra de las mil lluvias. Época de la revolucionaria en poesía, Rosalia de Castro (murió en 1985) y esposo Manuel Murguía (Don diego Xelmirez, Historia de Galicia…). Por entonces, un aire literario corría por Galicia, infundado por la presión a no escribir en gallego, pero se hacía aunque fuese a través del posterior exilio de muchos poetas a América del Sur. Dejan mella en países como Colombia, Argentina pero sobre todo en Cuba.
Esta angosta lucha por querer destacar en un campo de opresión lleva a nuestro Valente, de la ciudad donde residí diez años, hasta la Capital para continuar sus estudios y donde empezaría su trato con los principales poetas de su generación, Ángel González (Este es otro de mis poetas preferidos, aunque digamos que su lenguaje es más de la vertiente de Seamos Heaney), Jaime Gil de Biedma o Claudio Rodríguez.
En 1958 se trasladaría a Ginebra para ser traductor (de las Naciones Unidas y después en París trabajaría en la UNESCO) ciudad donde quedó sepultada su vida y obra.
A modo de esperanza (1954)
Poemas a Lázaro (1960)
La memoria y los signos (1966)
Siete representaciones (1967)
Breve son (1968)
Presentación y memorial para un monumento (1970)
El inocente (1970)
Número trece (1971)
Las palabras de la tribu (1971)
Ensayo sobre Miguel de Molinos (1974)
Interior con figuras (1976)
Material memoria (1979)
Tres lecciones de tinieblas (1980)
Sete cántigas de alen (1981)
Mandorla (1982)
La piedra y el centro (1983)
Valente ha sido galardonado con premios tan importantes como el Adonais 1955, premio de la Crítica en 1960, premio Pablo Iglesias en 1984, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988, premio Nacional de Poesía en 1993, 2001 y premio Reina Sofía en 1998 entre otros.
Quiero conocerte
(Dedicado a José A. Valente y a Isabel Martínez)
Vuelve el vacío
ser, ¡causa de mi muerte!
y esas solapas...
todas inscritas en un tablero
descifrando la numerología
vista desde la causa perdida.
...
Llamamos claro
al espacio vacío, feliz...
al hueco donde
anida la mentira
y copula con su eco,
de engaño copioso,
y los niños...
mutilados en su ignorancia
nos enseñan la felicidad
vigorosa. Sigamos luchando
¡cobardes!,
recapitulemos nuestro aforo
sumando las curvas.
...
Ya llega el final
y seguimos, solos.
¿Dónde están las conquistas?.
Otra vez, solos.
...
Quiero conocerte, mi musa;
Déjame que te acaricie esos
mullidos pechos,
enséñame tu coartada obsesión lisonjera
y
hazme feliz.
Pablo Herrero Coira