Os informamos de la respuesta del actual Fiscal Jefe de la Comunidad Autónoma de Galicia sobre el asunto de la noticia publicada con anterioridad. El nombramiento de Carlos Mariscal de Gante Castillo en el 2012, a pesar de que en la página oficial de la Fiscalía General del Estado aún no se viese reflejado, supuso su cese en la Fiscalía de Menores de Galicia para dar un paso más grande.
El texto viene acompañado de otras tres páginas en la que se deja copia de las actuaciones para sus archivos.
Tras la publicación de la siguiente noticia, el ayuntamiento de Narón ha presentado denuncia en los juzgados de Ferrol en contra de la libertad de prensa. Tras escrito de Luciano Fernández a citado ayuntamiento, junto al parte de la policía local, el alcalde José Manuel Blanco Suárez presenta denuncia donde se presume una estrategia para librarse de los cargos imputados.
Pero… una vez más la justicia nos ha dado la razón, esta vez en otra demarcación judicial, su propia casa.
Como prueba de ello y a favor de este medio, al margen de su posible apelación, mostramos sentencia absolutoria que le puede suponer una sanción. En las declaraciones del propio alcalde se ha cometido perjurio, como ha sido demostrado en el juicio, y un trato un tanto degradante en los propios escritos:
En anteriores noticias:
Corrupción en los jugados de Ferrol Los periodistas sacan a la luz violaciones de derechos humanos
Corrupción en los jugados de Ferrol II
Violencia de género. ¿Es legal?. De víctimas a maltratadoras.
De nuevo, lacras de esta sociedad
Violencia de género. ¿Es legal?. De víctimas a maltratadoras II.
Carlos Mariscal de Gante Castillo responde
Tras los cambios surgidos en los juzgados de Ferrol, Alejandro Morán Llordén desterrado al juzgado nº 5 de lo penal de la Coruña, Ana González Lorenzo decana provisional y Carlos aspirante electo a citado decanato, la fiscalía de área de Ferrol arriesga su cuello una vez más.
Es sabido que el fiscal jefe de Ferrol, usaba y sigue, los métodos poco ortodoxos y contrarios a la ley del anterior decano jefe de Ferrol, hoy desterrado a un juzgado de inferior categoría.
Para ello han usado a un fiscal procedente del pueblo orensano de Verín, ahora en la ciudad departamental, con motivo de vengarse del siguiente escrito:
Para ello y tras falta de acusación de la Policía Nacional de Ferrol, el propio juzgado de Violencia de Género, Elena Rita Carballeira Rey, Pablo Herrero Coira, el fiscal ahora que no hay que imputar cargos públicos, como ya ha ocurrido con Correos, amigos de policías nacionales y los propios Policías Nacionales, lanza acusación donde se presume su culpabilidad.
La treta (todo falso) de la Policía Nacional fue a causa del siguiente hecho:
Para finalizar, tras un delito grave de prevaricación más que demostrada, hay que sumar la multitud de delitos, y es que no solo se contradice en su propio escrito, sino que contradice denuncias iniciales y aplica leyes fuera de la Violencia de Género.
En definitiva, el fiscal ha sentenciado y juzgado sin juicio ni pruebas suficientes, una DPA inexistente y admitida por el juzgado de instrucción nº 2 de Ferrol (Violencia de Género), cuyo titular es Carlos, actualmente denunciado (el titular) y expedientado a uno de sus sustitutos, igual que el 3:
Aunque hay quienes situan el orígen de este cuerpo policial en 1690 de la mano de Pere Anton Venciana, alcalde de Valls, para combatir el bandolerismo, parece más probable que su orígen haya que buscarlo en los grupos armados felipistas de la guerra de sucesión española, que en 1721 se convirtieron en un cuerpo estable. Más que nada porque Venciana contaba en 1690 con ocho años y difícilmente pudo formar un cuerpo policial y menos aún ser alcalde de Valls.
Entre los primeros perseguidos y capturados por los Mossos estuvo un tal Joan Raull, acusado en 1725 de gritar: "¿Dónde iréis, botiflers? (catalanes partidarios de Felipe V, que no fueron pocos), ya podéis empezar a huír, que quien debe reinar es el archiduque Carlos, ya se acaba ser esclavos".
El culto Carlos III (a él debemos el descubrimiento de Pompeya, que también supuso el inicio de la arqueología moderna, y el descubrimiento de la isla de América en la que desembarcó Colón el 12 de octubre de 1492 sin dejar muy claro cuál era) exportó los Mossos a Castilla con la creación en 1762 de la Compañía de Guardabosques Reales de Castilla la Nueva, tremendamente parecida a las Esquadras catalanas y cuyos miembros debían ser "naturales del principado de Cataluña".
Durante la ocupación francesa (1808-1814) los Mossos combatieron organizando y adiestrando a grupos civiles armados y transportando correos secretos. Pero pronto se redujeron a un estado de calamidad, prófugos y dispersos. De 160 sólo quedaron 73 dignos de su nombre. Sin embargo, ya en 1813, el barón d'Eroles, uno de los cabecillas de la guerrilla antinapoleónica, reorganizó las Esquadras catalanas, que pasaron a tener 259 efectivos en 1816. Contaron, además, con un fondo para jubilaciones, viudas y huérfanos. Y ya no hacía falta que fueran catalanes, aunque ese año, de los 3.000 efectivos que contaban los guardabosques de Castilla, la mitad lo eran. El reglamento firmado por el capitán general Castaños y por Fernando VII decía: "Su principal misión es recorrer pueblos y caminos, descubrir y prender a los delincuentes, gente vaga y mal entretenida, y asegurar el orden y la tranquilidad de los honrados habitantes". Sin embargo, también ellos tenían fama de brutales. Una práctica habitual era asfixiar a los prisioneros en tinajas de vino secas y selladas.
Con el fin del absolutismo y el inicio de un periodo más liberal bajo el reinado de María Cristina, se planteó la supresión de los Mossos debido a sus poderes discrecionales y sus cargos hereditarios. Por ejemplo, contaban con oficiales menores de diez años en ausencia de sus padres. Pero sólo fueron reformados, eliminando estos anacronismos.
Fue un periodo difícil, en mitad de la batalla institucional entre la Capitanía General de Cataluña y la Diputación de Barcelona, a lo que había que sumar la expansión de la Guardia Civil. Además, en círculos liberales seguía dudándose de su lealtad en la lucha contra el absolutismo, aunque hubieran comatido a las partidas carlistas. Finalmente fueron intregrados a la causa liberal cuando el nuevo Capitán General de Cataluña, Espoz, los convirtió en su escolta en 1835.
El avance del estado burgués les quitaría muchas competencias; básicamente se dedicaban por esa época a la vigilancia de muelles, transportes y misiones auxiliares de la Guardia Civil, y sólo en la provincia de Barcelona. Ni siquiera la proclamación de la Mancomunitat (una pequeña autonomía) en 1914 fue un revulsivo, ya que se les veía más como una carga.
Sin embargo, la ambivalencia del cuerpo, entre su catalanismo (era una institución tradicional) y su españolismo (era una institucion felipista), hizo que los Mossos se adaptaran muy bien tanto a la dictadura de Primo de Rivera (que los definió como un catalanismo bien entendido) como a la Generalitat de Francesc Macià, y en los años veinte volvieron a la actividad policial global, o sea: combatir a los obreros.
Su actuación en la insurrección del 6 de octubre de 1934 fue limitada. Dencàs, el líder separatista que al ver acercarse una columna de artillería del ejército español huyó por las alcantarillas, había ordenado días antes la concentración en Barcelona de todos los efectivos de los Mossos. Ese día se inició un tiroteo en el que murió un oficial del ejército. Los Mossos se replegaron y poco después Companys se rindió. Sin embargo, las necesidades de esa época evitaron su desarme, y dos días después quedaron bajo el mando del capitán Lizcano de la Rosa, que sería uno de los organizadores del Alzamiento dos años después. Los Mossos, que en 1936 contaban con unos 300 hombres, se pusieron esta vez del lado de la legalidad y, con la ayuda de la Guardia Civil y de quince compañías de Seguridad y Asalto, frustraron el golpe y Cataluña se mantuvo fiel a la República.
Durante la Guerra Civil que le sucedió, los Mossos se dedicaron a la protección de personas amenazadas por los comunistas o por los anarquistas, y de monumentos sobretodo religiosos. También como guardia personal del President, escoltas de altos cargos y vigilancia de edificios oficiales. Su uniforme se modificó para parecerse más al del ejército popular, y la gorra de plato con el escudo de la Generalitat sustituyó al sombrero de copa con la bandera monárquica o republicana.
Tras el triunfo del bando llamado nacional, los Mossos fueron suprimidos y sus efectivos, salvo un grupo que fue internado en el campo de concentración de Burgos, fueron simplemente licenciados quizá por la antigua imagen felipista del cuerpo.
Franco hizo desaparecer tras su victoria todos los cuerpos armados que parecían de difícil control: carabineros, guardia de asalto, requeté, milicia de Renovación Española… Incluso la Guardia Civil, por su lealtad a la República, estuvo a punto de correr la misma suerte, así como la milicia de Falange Española, que finalmente se salvó ya que Franco prefería contar con alguna organización política, por simbólica que fuera, antes que con ninguna.
Once años después, sin embargo, los Mossos se refundaron. Blas Pérez, creador del aparato represivo del represivo del régimen, presentó la propuesta al Consejo de Ministros, que la aprobó. Sin embargo, sus competencias eran limitadísimas: custodia del Palacio de la Diputación, de la residencia de su presidente, y un impreciso cordón de seguridad entre ambos edificios.
A diferencia de hoy, no hacía falta dominar el catalán para pertenecer al cuerpo. Entre 1952 y 1975, de los diez jefes que tuvieron, sólo cinco hablaban con más o menos fluidez este idioma. Naturalmente, todos los documentos internos y externos se redactaban en castellano.
La aspiración de Cataluña de asumir las competencias en materia de seguridad previstas en el Estatut de 1979, ha estado presente desde la recuperación de la Generalitat. En 1980 consiguió su autoridad sobre los Mossos, que contaban con 75 efectivos de estructura militar (como el simbólico ejército de Islandia hoy en día, por ejemplo). En 1990, el entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera, firmó la delimitación de funciones entre las FCSE y los Mossos, que contaban ya con 806 efectivos y que irían aumentando a razón de 350 anuales. En 1993 se desplegaron ya en algunas comarcas y en 1996 el Partido Popular, flamante vencedor de las elecciones de ese mismo año, extendió sus competencias al tráfico. En el 2000 ya funcionaban como policía antiterrorista y en 2002 como policía judicial, hasta llegar a la policía integral y plena de hoy en día.
Ahora queda lo más difícil: el día a día. Y esta historia la debe escribir el propio cuerpo, cada uno de sus agentes y cada acto de servicio a la comunidad.
La seguridad, que los ciudadanos puedan disfrutar de sus libertades, así como respetar sus deberes individuales y colectivos, es un factor de progreso y eficiencia. Para que el prestigio y reconocimiento de este cuerpo no deje de crecer, el reto es enorme: desarrollar todavía más un modelo de policía integral y de seguridad, con un trato próximo y eficaz. La sonrisa ambable al ciudadano y el afecto en los momentos de angustia deben formar parte de la misma idea del servicio público del cual el mosso o mossa es el rostro humano con sentido del deber y la profesionalidad.
Todos los medios de comunicación, sean digitales o no, tenemos el deber de cumplir con las leyes españolas dentro de nuestros derechos de libertad de prensa, jugando todos en las mismas condiciones y está claro que este medio digital de Ferrol (de creación posterior al nuestro y que si tienen ingresos por publicidad de instituciones y particulares, detalle que no nos extraña porque haciendo trampas los gana cualquiera) las estaba incumpliendo desde hace varios años, a pesar de ser profesionales con estudios de la información y por lo tanto actuando con conocimiento de causa. Sospechamos que no querían dar la cara de sus actos, detalle poco honesto por su parte y que crea inseguridad en el tipo de información que proporcionan.
En concreto os hablamos de la LSSI (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico) que tras nuestra denuncia, tal y como se muestra en el informe del Ministerio más abajo, fueron expedientados en primera instancia de manera informativa y al rectificar sus delitos no se creó expediente sancionador sobre ellos, pero si hubo cambios en su página para cumplir con la ley que les atañe y citados cambios fueron por mandato del organismo que regula esta ley.
A este portal no le quiere contratar nadie la publicidad y no es tan visitado como otros pero lo que si está claro es que vamos hacer lo posible para que todos juguemos en el mismo terreno y criticar actuaciones ilícitas al igual que nosotros nos mojamos los pies.