Ser quién tú no eres, frágil lamento de un par de atardeceres,
intentar atravesar unas cuantas paredes, paredes de falsos, paredes sin creces.
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Cascadas brillan detrás de ellas, cascadas brillan por no ser sus dueñas,
brotan en silencio, brotan sin consuelo, perdidas en su anhelo, han caído al suelo.
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Bella como cualquiera de sus amaneceres, me esmero en al menos poder conocerle,
perfecta colisión de destellos y colores, en mis sombrías luces no avistan sus saberes.
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De mis falsedades de vida, de mis errores de salida, he perdido el rumbo de lo que fuese mi huida, y por tratar con paredes ajenas, no correspondidas, ahora sólo queda, resignarme a mi caída.
Realmente no sabía que era hoy el día del poeta
mas abrí cierta puerta, donde señalaba claramente
que del poeta es este día, quién lo podía creer.
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No sé, si es para hablar o exponer
temas con belleza y fragancia
o rimar a la naturaleza y la ciencia
puede que sea un escrito para el amor exaltar
y así, alegrar a miles de enamorados
que con pasión se quieren besar.
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Un día para rimar, para escribir cualquier cosa
que nos haga sentir la alegría de vivir
el hecho, está en disfrutar y sentir ciertas ganas
para sentarse a escribir y dejar que se liberen
los sentimientos guardados que han querido salir
Sea asonó o con melodía, sea rítmico o simple monotonía
nada de eso importaría, solo es dejar unas frases
una composición sin esquema, un pensamiento
que se desea con amigos invisibles compartir
Y finalmente decir: No es mejor ser Feliz.
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Porque no un saludo, o felicitación
para tantos poetas que regalan su inspiración.
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Amigas y amigos poetas, improvisados en letras
en estos me incluyo yo, pues mis letras son imperfectas
son ideas que aparecen y debo buscar de atrapar
y dejarlas colocadas en una hoja blanca de papel virtual
ahí donde se van colocando las letras, al las teclas tocar
¡Qué maravilla!, decir que las estrellas brillan y son bellas
que una mujer es belleza con un porte escultural
no olvidar a los bebes, tiernas criaturas que con sus sonrisas
nos llenan de alegría y placer al escuchar su balbucear.
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Poetas, los que nos leen y tienen la valentía
de soportar las locuras que en el papel solemos dejar.
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Amigos, todos son poetas y seguro ni lo sabían
pues la vida es poesía, que hasta se puede leer
es canto, es algarabía, que nos puede sorprender
¡Que hay momentos no alegres!, poco amenos también
algunos no muy agradables seguro que puede ser
¡Pero! Sin sal la comida es sosa y no causa ningún placer.
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Y si es con demasiada azúcar empalaga
y agua tendremos que beber
ya ven todos somos poetas.
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Y si no.
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Lo hemos sido alguna vez.
Impulsos que se acentúan con una mirada atrás, segundos que parecen una eternidad y se esfuman en un ambiente denso, cargado, casi tangible. Luz fugaz atraviesa delante de ti y desaparece. Consciencia inconsciente de su conocimiento y capacidad que se merma con la despreocupación de la ignorancia ajena, la creencia de lo imposible, el poder indiscutible de la perseverancia.
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En un instante cambia tu vida por una creencia que no se sostenía, por una realidad que superaba a la ficción, por años de estudio que no supieron explicar el porqué de algo que salía de dentro, que crecía y se intensificaba, que se aletargaba, renacía y explosionaba. No me digas que no puedo, dime que no me crees porque no lo ves, no lo sientes, te da miedo.
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Dame tierra para seguir avanzando, construyendo, creando… Dame aire para poder volar alto sin temer hacia dónde… Dame vida… ese instante intenso de sentimientos contradictorios que se van sucediendo, te transforman, te amoldan, te desgarran y te vuelven a crear…
Dedicado a Elena y Helena
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He querido a muchas mujeres
he amado a una pocas
pero solo vosotras visteis mis lágrimas caer.
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Una en un pueblo,
la otra en una ciudad,
yo en el medio, mudo,
roto, sin mediar palabra.
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Nuestras vidas se han separado
¡Sin oxígeno!
en brazos de otros que ocuparon mi lugar,
rendido me he quedado y
mi corazón,
ya no es capaz de latir por otra mujer;
Sin vosotras me falta la vida
en una amarga tristeza
que no me deja respirar.
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Ya no me quedan esperanzas
tan solo el recuerdo
que despierta mis sueños
en la inmensidad de la noche.
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Yo no me despedí de vosotras
marché como un cobarde
pero no fue suficiente para olvidaros
os sigo queriendo, os sigo amando
sin estar a vuestro lado.
Y entre el cielo y la tierra
solo existía un deseo.
Un propósito.
El tuyo.
El mío.
De andarnos la piel
a punta de cañón
a palmo de locura
a golpe de caricia…
desde el verde mar
hasta la bóveda celeste.
Y después…
después
de entrelazar las manos
llevando a cuestas tu boca.
Tus labios labrando ansias
en mi espalda…
mustias enmudecieron
las esquinas de la habitación.
Las paredes gemían.
Sudaban ajetreadas las sábanas.
Las gotas de vino corrieron
sucesiva
paulatinamente
entre baños carmesí
-como yo y mi lentejuela-
de mi cabello
a mis muslos…
embriagando tu lobo.
Al fondo del éxtasis
un violín y una guitarra
iban y venían.
Hablaba el incienso.
Velas escurrían de calor.
El lecho de pétalos
acomodado a mi cuerpo
me dibujaba de tul…
y yo
yo moldeé a ti mis alas.
Y te dije: apaga la luz… Solo necesito los pálidos rayos de plata husmeando de lo alto por el ventanal… delineen tus formas encorvándose hambrientas sobre mí.
Y anudamos nuestros placeres cintura a cintura con labios entreabiertos y respiración entrecortada… Desde los vertebrados delirios de la noche en el estruendo melodioso del inquieto palpitar de grillos y la inconciencia indolente de mi ombligo, hasta los precipicios azules del medio mar donde remontó el albatros su vuelo, batiendo lo inmaculado de sus alas, dejando surcos dibujados en las nubes. Y quedé exhausta en la calma de un divino silencio. Tú, al sur, jadeante aún, recuperando a pausas el aliento, tendido a mis pies… en pleitesía beso a beso, tejiendo caprichos en mis dedos. Y fui sumiéndome en el valle aletargado de un sueño sin bordes ni medida… y vi la luna complaciente sonreír.